Todas y cada una de las palabras aquí reflejadas han surgido y van surgiendo debido a una necesidad frustrante de querer gritar en silencio, algunas recogidas y otras propias muy sentidas.

Llega un momento en la vida a partir de cual algo cambia y nada vuelve a ser como era antes.

Mi nueva vida comenzó el 12 de febrero de 2012 y desde entonces intento continuar des(ahogándome) con estas palabras.

Yo te espero a tí por estos lares, coge aire y sumérgete, voy a cuidarte y quererte como siempre he hecho.

Dedicado a ti... navegante... somebody I used to know...

Each and every one of these words reflected here have emerged and are emerging due to a frustrating need to scream in silence, some pickups and other own heartfelt.

There comes a time in life from which something changes and nothing will ever be as it was before.

My new life began on February 12, 2012 and since then I'm trying to continue un (drowning) with these words.

I'll wait for you in these parts, gets air and dive, I'll take care of you and love you as I always have made.

Dedicated to you ... sailor... somebody I used to know...

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sábado, 13 de marzo de 2021

LXVIII.- Resiliencia, supervivencia o adaptación "Resilience, survival or adaptation"

Es sábado 14 de marzo de 2020. Es mi sábado libre del mes y como muchos otros me voy a comer con mi familia, todos juntos en un salón comedor pequeño, pero lo suficientemente acogedor para todos los que somos.

Llevamos meses escuchando hablar de un virus chino, de murciélagos, semanas sabiendo que parecía haber llegado a Europa pero que sólo afectaba a gente mayor que ya estaba enferma crónica e inmunodeprimida y días locos de gente comprando en los supermercados como si llegara el Apocalipsis... Y llegó.

Recuerdo salir llorando de aquel salón porque me sentía culpable de estar allí y poner en riesgo la vida de toda la gente que más quiero, todos reunidos en un mismo lugar, recuerdo no querer acercarme a nadie para despedirme, recuerdo decir "Ya nos veremos cuando nos dejen"... Recuerdo haber pensado "Quince días no es tanto"... Y pasaron sesenta.

Incluso en condiciones normales, sesenta días no es tanto tiempo cuando nuestras ajetreadas vidas no nos dejan ni pararnos a pensar en qué día de la semana o del mes nos encontramos, pero cuando esas mismas vidas se detienen, porque no somos esenciales, porque relacionarnos se convierte en un peligro, sesenta días se pueden hacer interminables.

Aprendimos palabras nuevas, nos vimos obligados a tocar las cosas estrictamente necesarias, a lavarlo todo, a toser en silencio, a que unas décimas de temperatura o una molestia en la garganta nos tuviera preocupados varios días. Nos acostumbramos a estar delante de una pantalla para vernos y escucharnos, nos malacostumbramos a ponernos una pantalla delante para relacionarnos después de esos 60 días... Y a día de hoy, 366 días después no han cambiado mucho las cosas. Hoy es domingo 14 de marzo de 2021.

L@s que vivimos sol@s, da igual la edad, somos los grandes olvidados, l@s que llegamos a casa y nadie nos espera para hacernos reir con un chiste absurdo, con un abrazo, con un beso en la frente, con un "Tranquil@, descansa, ya has llegado a casa, te estaba esperando".

Hoy, la esperanza está puesta en unos cuantos mililitros que nos esperan en un día del calendario que parece que no llega nunca. Una esperanza que muchos ven como la vuelta a la normalidad, una esperanza que yo veo como la adaptación a una nueva realidad, porque la normalidad que conocíamos nos la quitaron, una normalidad que a días no era la mejor pero a la cual volvería sin dudarlo.

Porque hoy sé que he sido muy afortunada durante 40 años de poder vivir y sobre todo poder respirar sin miedo, compartir una hamburguesa, probar tu copa de vino, soplar la comida cuando estaba caliente, cantar a gritos y a saltos, sudando y bailando al ritmo de la multitud. Porque no, no es fatiga pandémica, es agotamiento físico y psicológico por estar alerta todo el día, por estar en guardia como si todo el mundo y todas las cosas fueran una amenaza... Y cuando te sientes amenazad@ dejas de ser tú... Ojalá pronto me sienta un poquito más yo, me prometí ser una versión 4.0 mejorada y voy a conseguirlo, no voy a poner fecha pero sí muchas ganas y todas mis fuerzas.



It is Saturday March 14, 2020. It is my Saturday off of the month and like many others I am going to eat with my family, all together in a small dining room, but cozy enough for all of us.


 We have been hearing about a Chinese virus for months, about bats, weeks knowing that it seemed to have reached Europe but that it only affected older people who were already chronically ill and immunosuppressed, and crazy days of people shopping in supermarkets as if the Apocalypse were coming ... And it came.


 I remember leaving that room crying because I felt guilty for being there and risking the lives of all the people I love the most, all gathered in the same place, I remember not wanting to approach anyone to say goodbye, I remember saying " We'll see when they leave us "... I remember thinking " Fifteen days is not so long "... And sixty passed.


 Even under normal conditions, sixty days is not that long when our busy lives do not even let us stop to think about what day of the week or month we are, but when those same lives stop, because we are not essential, because relating us becomes a danger, sixty days can be made endless.


 We learned new words, we were forced to touch the things strictly necessary, to wash everything, to cough in silence, a few tenths of temperature or a discomfort in the throat would have us worried for several days. We get used to being in front of a screen to see and hear each other, we get used to putting a screen in front of us to interact after those 60 days ... And today, 366 days later, things have not changed much. It's March Sunday 14th 2021 today.


 Those of us who live alone, no matter how old we are, we are the great forgotten, those who come home and nobody waits for us to make us laugh with an absurd joke, with a hug, with a kiss on the forehead, with a "Take it easy, rest, you've come home, I was waiting for you."


 Today, hope is set on a few milliliters that await us on a calendar day that never seems to come. A hope that many see as the return to normality, a hope that I see as the adaptation to a new reality, because normality was taken away from us, a normality that days was not the best but to which I would return definitely.


 Because today I know that I have been very lucky for 40 years to be able to live and above all to be able to breathe without fear, share a hamburger, taste your glass of wine, blow the food when it was hot, sing loudly and jump, sweat and dance to the rhythm from the crowd. Because no, it is not pandemic fatigue, it is physical and psychological exhaustion from being alert all day, from being on guard as if everyone and everything were a threat ... And when you feel threatened, you stop being you. .. Hopefully soon I will feel a little more like me, I promised myself to be an improved version 4.0 and I am going to achieve it, I am not going to set a date but I am going to put a lot of desire and I am going to do it with all my might.